Durante los siguientes años, la Escuela de Teatro fue aumentando el número de producciones (tantas como grupos había de alumnos distribuidos por edades), así como de calidad y con una enorme variedad para todos los gustos.
En el año 2000, el padre Isaac fue destinado a la parroquia de San Marcos de Sevilla. Desde entonces el colegio ha mantenido su ilusión y legado con la Escuela de Teatro de manos de Carlos Ortega, Jesús Soto, José Lucas Chaves, Pablo Márquez, Julia Rodríguez, Carmen Ortega y Reyes González, que ha potenciado su labor entre los propios alumnos como actividad extraescolar y con varios grupos de adultos (desde los 18 a los 99 años), algunos de ellos padres de alumnos que en su día fueron integrantes del teatro del colegio y que ahora han vuelto. La esencia sigue siendo la misma:
Hacer escuela es mucho más que hacer teatro. Es compromiso, respeto y
colaboración. Es trabajar en equipo luchando por un proyecto único,
escuchar y aprender de los que llevan muchos años en el mundo del
teatro… Hacer escuela es hacer escenografía, ordenar material, coser,
planchar, dibujar… y no decir que no a nada. Nunca. Porque en esta
escuela se hacen amigos, familias, nacen parejas, se educan niños, y nos
ofrece uno de los mejores regalos de la vida: unir a personas diferentes,
que tienen responsabilidades diversas, gustos variados, principios
distintos, y que durante días de ensayo y representación comparten un fin
común: hacer teatro. Hacer escuela es dejar la mochila de los problemas
en la puerta y adentrarse en el patio de butacas con una sonrisa para
empezar a trabajar. Es pasión, esfuerzo, actitud. Es espíritu SSCC.